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7/3/14

Sánchez Bejarano, torero de culto





Agapito Sánchez Bejarano (Colmenar de Montemayor, Salamanca, 1944) es torero de culto. Un torero para el recuerdo. Una pasión. Magnífico con el capote, torero de muñecas “partías”. Profundo, hondo muletero. Y sensacional con la espada. Un gran artista en el más amplio sentido de la palabra.

Un torero que no llegó a figura –ni falta que le hizo– y que hay que rescatar del olvido. Su empaque y torería son motivos suficientes para llenar páginas de la historia, de una tauromaquia que él hizo grande.

De novillero deslumbró en Madrid. En Las Ventas se presentó el 19 de marzo de 1967 y cortó una oreja. Repite el 1 de mayo y corta una oreja de cada uno de sus novillos con la plaza casi llena. El jueves 4 de mayo con novillos de Murteira Grave corta una oreja del segundo y las dos del quinto. Un triunfo irrebatible. Seis orejas en tres tardes, lo que le lleva a tomar la alternativa en plena feria de San Isidro, el día 20 de mayo con El Viti de padrino y José Manuel Inchausti “Tinín” como testigo. Fue ovacionado en los dos toros de Francisco Galache.

Repitió el día 25, en una corrida que pasó a la historia. Rafael Ortega, el torero de la Isla, cortó dos orejas tras realizar una de las mejores faenas que se han visto en Madrid, y Curro Romero fue detenido al negarse a matar el quinto toro. Sánchez Bejarano cortó la oreja del tercero. Vuelve a Madrid el 6 de julio para matar la Corrida de la Prensa, con Tinín y Paquirri. Cortó una oreja.

A pesar del gran ambiente que rodea al torero salmantino “sólo” torea 20 corridas en esta su primera temporada. Recuerdo la gran tarde que dio en la feria de Málaga, el 6 de agosto, con toros de Pablo Romero. Le acompañaron en el cartel Gregorio Sánchez y Miguelín, que cortó cuatro orejas y dos rabos. Agapito cortó una oreja del tercero y las dos del sexto. Aquella tarde brilló en La Malagueta el torero de singular empaque e impar elegancia, además de inspirado. Imborrable la primera faena al “pablorromero”.

De poco le valió. En 1968 Sánchez Bejarano toreó 16 corridas de toros, ninguna en Madrid. Su carácter indomable, su bohemia, su independencia y también su orgullo de torero le perjudicó.

Los mezquinos intereses del taurinismo casaban mal con la clase del torero.

En 1965 vuelve a Madrid donde toreó cuatro tardes. El 6 de abril dio una vuelta al ruedo. El día 20 del mismo mes mata toros de Victorino Martín. No torea en la feria de San Isidro. El 18 de septiembre torea de nuevo “victorinos” y corta una oreja al quinto, sobrero de María Cruz Gomendio. El 28 de septiembre toreó de nuevo, esta vez, toros imposibles de García Romero. Acabó la temporada con doce corridas toreadas.

A Madrid no vuelve hasta 1972. En 1970 toreó 8 corridas y 6 el año siguiente. Para colmo sufrió graves percances. En 1972 torea en Madrid el 7 de mayo y corta las dos orejas del cuarto toro perteneciente al Conde de Ruiseñada. Es una de las mejores faenas de la temporada en Madrid. No torea en San Isidro al estar cerrados los carteles, pero sí torea cuatro tardes más. El 9 de julio cortó una oreja de a un toro de Miguel Zaballos, el 16 mató toros de Cuadri. El 6 de agosto triunfa –una oreja– con toros de Moreno Yagüe.

Toreó en la por entonces muy prestigiosa plaza de San Sebastián, en la Semana Grande donostiarra y corta dos orejas a un pablorromero el día 10 de septiembre. Torea en Madrid y da una vuelta al ruedo. Ese año suma 14 corridas.

En 1973 torea 12 corridas, cinco de ellas en Madrid. El 22 de abril la primera, con reses murubeñas de Félix Cameno. En San  Isidro torea el 31 de mayo, toros de Miura. El 18 de julio hace una gran, grandiosa, faena a un toro del Marqués de Albaserrada. Cortó una oreja, que debieron ser dos. Esta faena la brindó al público desde los medios con una especial dedicatoria a la andanada del ocho.

Fue una faena de arte –sobre todo con la izquierda–, valiente, era un torazo el del marqués, y dominadora –casi toda fue en los medios. Junto a la del toro de Ruiseñada, la mejor de Agapito en Madrid. El 16 de septiembre toreó la corrida a beneficio de la Asociación Benéfica de Auxilios Mutuos de Toreros, conocida por la del Montepío. Alternó con Antoñete y Dámaso Gómez y toros de Murteira Grave. Dio la vuelta al ruedo en el sexto. El domingo siguiente, 23 de septiembre, cortó una oreja a un toro del Pizarral.

Hasta seis tardes toreó en las Ventas, en la ya “su plaza de Madrid”, en 1974.
Siete corridas toreó este año. Comenzó la temporada el 14 de abril. Toreó en la feria de San Isidro el 13 de mayo –toros de Bohórquez y Andrés Hernando– el torero segoviano, ya de retirada, y el valiente torero de Cuenca Curro Fuentes. Bejarano dio la vuelta al ruedo a la muerte del segundo. El 21 de julio cortó su última oreja en Las Ventas, a un toro encaste Vega-Villar de Justo Nieto. Faena en la que volvió a brillar su extraordinaria calidad, su empaque, su clase. Toreó de nuevo el 28 de julio, el 1 de septiembre y el 27 del mismo mes.

Comienza, a pesar de sus incontables detalles, una larga decadencia. Torea muy poco y Madrid –siempre Madrid – es su único refugio. En 1975 torea cuatro corridas, las cuatro en Las Ventas, y sin ningún éxito. Mató toros de Victorino Martín en la feria de San Isidro junto a Dámaso Gómez y Miguel Márquez.

En 1976 torea dos corridas, una en Madrid el 25 de abril. En 1977 no torea.
En 1978 torea seis corridas, cinco en Las Ventas. Reaparece el 7 de mayo ante toros de Campos Peña. Vuelve a torear el 18 de junio ante terroríficos toros de Luciano Cobaleda. El 16 de julio da una vuelta al ruedo, tras una faena de su corte, de su buen corte, elegante trasteo –sin ligazón por la condición del toro de Camaligera– culminado de excelente estocada.
El periodista José Luis Ramón –admirador confeso de Bejarano–  lo describe así: “En la suerte suprema era un auténtico artista. Recuerdo su seriedad en la preparación, cómo adelantaba la muleta y la pierna, cómo daba el pecho y, finalmente, cómo se reunía con el toro, con auténtica clase”.

Volvió el 20 de agosto y cerró la temporada el 15 de octubre. En estos últimos festejos se vio a Sánchez Bejarano con el ánimo decaído. 1979 fue su última temporada como matador de toros en activo. Toreó una sola corrida, por supuesto en Las Ventas, y por supuesto con una ganadería difícil, sin garantías, como era la de García Romero. El festejo tuvo lugar el 7 de octubre y el cartel lo completaron los modestísimos “Rayito de Venezuela” y Curro Méndez.

Sánchez Bejarano comenzó a torear de becerrista en 1962. En 1963 debutó con picadores en Navalcarnero (Madrid). En estos primeros años fue su mentor Pepe Mirabeleño, el padre del gran torero Juan Mora, y luego le apoderó Manolo Escudero, el torero madrileño, artífice del toreo a la verónica.

De Manolo Escudero hereda Bejarano la magia de su verónica y también su elegancia, su estética, su extraordinaria majestuosidad con la muleta. Bejarano, Agapito Sánchez, nacido en Colmenar de Montemayor, pueblo serrano, cercano a Béjar, el taurinísimo
 Béjar, del que tomó su nombre, se hizo torero en tierras cacereñas.

En 1965, el 5 de septiembre, cortó un rabo en Valencia. En 1966 toreó 35 novilladas y deslumbró en Sevilla el 11 de septiembre, la tarde de su presentación, en la que cortó las dos orejas a un novillo. Luego, al año siguiente, 1967, vino lo de Madrid.

A lo largo de su carrera como matador toreó 35 corridas en Las Ventas y cortó diez orejas. En el recuerdo quedaron, como también aquella de Málaga, la bella, y aquella otra en el viejo coso de “El Chofre”, en San Sebastián, la “bella Easo”, y ambas fueron con toros, bellos toros de Pablo Romero.

Recuerdo también con especial emoción un festival en la madrileña plaza de Vista Alegre, barrio de Carabanchel. Cortó dos orejas tras magistral faena. El festejo celebrado el 25 de octubre de 1977 fue a beneficio del sindicato Comisiones Obreras. Tiempos difíciles, pero allí estaba el hombre acostumbrado a toros difíciles, y a tiempos difíciles, a dar la cara, como siempre, allí estaba el hombre, el hambre y el torero, ¡el gran torero!

Agapito Sánchez Bejarano ha sido uno de los toreros de mayor calidad estética de su época. Por eso, sólo por eso, tiene escrita una página con letras de oro en la historia del toreo. Sí. En la historia del toreo.

22/5/12

Del Toreo


                                  

¿ Es el toreo un deporte brutal ?.Si.¿ Y cómo puedes disfrutar del toreo si lo  consideras  un deporte  brutal ?
Comencemos. El interés por el toreo nace con la infancia y es una metáfora  de la vida. Como bien dice el filósofo Victor Gómez Pin:”la escuela más sobria de  vida”.
Un torero , como también un boxeador, “ es “ su cuerpo y debe estar totalmente identificado con él. El torero uncido a su cuerpo y también al alma. Se torea como se es. Con cuerpo y alma. Así cuando surge el arte en cada lance se te va la vida.
Cada corrida de toros, cada faena es una historia, un drama único e irrepetible, incluso cuando no ocurre nada. El torero sabe, como pocos, el poder físico y psíquico que poseen.
Hay toreros poseídos de una intuición extraordinaria, misteriosa, inquietante. Son aquellos  que conocen el misterio y lo dicen. Esos toreros que nos han conmovido hasta las lágrimas. Toreros como los Gallo, José y Rafael, los Gitanillos de Triana, Francisco y Rafael, Cagancho, Curro Romero y Rafael de Paula. Y añadamos a Pepe Luis Vázquez, a Curro Vázquez y a los tres Antonios: Bienvenida, Ordoñez y Chenel “ Antoñete”.
En estos tiempos con tantos toreros que actúan con destreza, de diestros habilidosos pero  mecánicos, ajenos a cualquier improvisación, sin respuesta al - o a los- cambios del toro. Sin talento, siquiera para atisbar el ánimo del público. Ante esta plaga de estilo, quiero contemplar la cordura puesta del revés: la locura.
Locura revelada como la forma más elevada de la  cordura. Pongamos que hablo de José Antonio Morante Camacho, ”Morante de la Puebla”, que hablo del toreo.




18/3/12

GLORIOSOS ROJIBLANCOS



La antigua Copa de Europa, ahora llamada “Champion Light” o algo así, es un torneo tan desprestigiado que hasta lo ganó el Barcelona. Eliminados los dos equipos de Manchester, el United y el City, la atención, en estos momentos, se centra en la “Europa Liga” donde compiten, entre otros, de escasa monta, los gloriosos rojiblancos. Atlético de Madrid y Atletic Club de Bilbao.

            Los del once hispánico de la famosa ría, con un toque argentino obra de su técnico Bielsa, arrollaron en Old Trafford, el templo de Manchester, al mítico United. Los Gorka, Izaola, Iturraspe, Javi, Llorente, Susaeta y sobre todos el pibe Muniain ganaron por 2-3 e hicieron historia. Grande y bueno. Como aquel inolvidable Zarranaondia.

            El otro glorioso, el del humilde Río Manzanares, también brilló en una tarde-noche, con un primer tiempo de primor ante los turcos del Besiktas. El gol de Adrián López fue de los que pasan a la historia del balompié.

            Esperemos que el Apoel de Nicosia, el gran equipo chipriota, gane el antes torneo mayor, ahora “Light” o “Zero”, como la gaseosa negra y los dos Atléticos rojiblancos disputen el Titulo  europeo verdadero en Bucarest, la capital de Rumania, el bello país de los Cárpatos.

19/2/12

Antonio Palacios. Un torero de otro tiempo

Ha muerto a los 80 años Antonio Palacios, un gran torero maño, en el olvido por la ignorancia de la afición de hoy, tan inculta como estúpida e intransigente.
Antonio Palacios, de Maranchones, Zaragoza, era de mediana estatura –o sea bajo- y de oronda figura –es decir gordo, e incipiente alopecia – o sea calvo- fue un torero de un valor descomunal, y un empaque especial dentro de sus hechuras.
Mataba los toros con guapeza y donaire. El gran crítico Gregorio Corrochano escribió: “Así debió matar Frascuelo”. Se refería a Salvador Sánchez “Frascuelo”, conocido por el “Nepo” y rival de Rafael Molina “Lagartijo”, el grande. Fue Palacios un torero de otra época aunque recordaba por sus formas a Rafael Ortega, el torero de la Isla de San Fernando, Cádiz, algo más moderno y contemporáneo.
Antonio Palacios debutó en Madrid como novillero en el año 1956 con reses de Aleas y cortó una oreja. Luego ni siquiera confirmó la alternativa. Sus actuaciones fueron reducidas a su tierra aragonesa. Lo que se llamaba un “torero regional”.
Sostuvo una fuerte rivalidad con su paisano Fermín Murillo, otro gran torero de raza, honradez y añejo clasicismo.
                                              


Antonio Palacios, quedó grabado en el alma del aficionado, una tarde en el viejo coso de Pignatelli, “La Misericordia” de Zaragoza, tras gran faena a un toro –de Miura supongo- y extraordinaria estocada –incluyo testimonio gráfico- del que paseó las dos orejas y el rabo.

7/12/11

La década prodigiosa del futbol inglés


Inglaterra, la inventora del futbol, se aisló voluntariamente de las competiciones europeas. Su futbol de club entró poco a poco en los campeonatos organizados por la UEFA. Birmighan, Tothemham, WestHam United, Newcastel, Leeds United y Arsenal fueron los pioneros en la década de los sesenta del siglo XX.
En 1968 el Manchester United es el primer Club inglés en ganar la Copa de Europa. Venció por 4-1 al Benfica de Lisboa. Era el gran Manchester de Boby Charlton, el gran Lord del futbol inglés. Del aristocrático escocés Denis Law y del norirlandés George Best, un genio del balompié. Un bohemio. Una especie de Rolling Stone con una pelota en los pies.
Pero la gran explosión del futbol isleño ocurrió en 1977 y duro hasta 1984. Casi una década de prodigio. Abrió la era el Liverpool que repitió en 1978, 1981 y cerró el ciclo glorioso en 1984. Su jugador más carismático fue Kevin Keagan al que los hinchas del equipo “Red” –rojo- cantaban aquello de: “Nunca caminarás solo”.
Siguió el Nottigham que ganó el título europeo en 1979 y 1980 practicando algo tan sencillo como el futbol asociación. En 1982 ganó, el tercer grande de la época, el histórico Aston Villa. Luego, hasta hoy día, el futbol asociación inglés cayó en un profundo estado depresivo. Solo el Liverpool en 2005 y el United Manchester en 1999 y 2008 alcanzaron la cima europea.
El futbol inglés se replegó sobre sí mismo. No evolucionó. Y el genio latino de italianos, españoles, rumanos y portugueses dominaron Europa con las debidas interrupciones de alemanes y holandeses.
Merece la pena recalcar la aportación de otros clubs de Inglaterra a la historia de las competiciones europeas como el otro equipo de Manchester, los “azules” del City. Chelsea, que también viste de azul, el Everton. Una especie de Atleti de Madrid, de Liverpool; y otro modesto el Ipswich Town, que ganó la antigua copa de la UEFA, en la temporada 1980-81, la final al sorprendente –por modestísimo- club holandés Az67.
También dejaron recuerdo de su paso por Europa equipos como el Wolverhampton, el Derby County, el Middlesbourg.
Sin embargo el futbol inglés a nivel de selecciones nacionales no tiene ningún título europeo y solo un mundial, el juagado en 1966 en Inglaterra, que contó con la ayuda inestimable de los árbitros. Ayuda descarada, propiciada, ¿Cómo no? Por la FIFA y la UEFA, y sobre todo por el directivo inglés Sir Stanley Rous. Un pirata. Sir Francis Drake, supongo.

Manolo Sánchez. Adiós Torero


Manolo Sánchez, el fino torero de Valladolid, se retiró de los toros el pasado 15 de Octubre, festividad de Santa Teresa, en Ávila. Retirada triunfal con salida a hombros tras cortar una oreja a cada toro. Manolo Sánchez ha sido fiel a su estilo hasta el último día.
Desde su época de novillero incluido su deslumbrante debut en Madrid. La Plaza de Las Ventas se entregó sin reservas a su toreo con el capote, a la verónica. Manolo Sánchez, ese día, elevó un monumento al clasicismo.
Fue el 20 de Junio de 1991, en el sexto novillo de la tarde, de la ganadería de Caridad Cobaleda. Un ramillete de excepcionales verónicas que pusieron en pié a los tendidos. Un prodigio: tras una faena, sin especial, relieve, el público le premió con la vuelta al ruedo. En Madrid es más difícil dar una vuelta al ruedo que cortar una oreja.
Repitió, con gran éxito, el 27 de junio. Un novillo de Peñajara y otro de Caridad Cobaleda. Oreja en cada uno y Puerta Grande. Manolo Sánchez, de casi desconocido, pasó a novillero puntero. La prensa lo definió así: “Lleva dentro un torero de arte exquisito”.
Tomó la alternativa en Valladolid en 1992, el 22 de Septiembre, con Roberto Domínguez, de padrino y Espartaco, de testigo. Confirmó en Madrid el 12 de Mayo del 93 con Manzanares padre y Fernando Cepeda. Manolo Sánchez, como muchos superdotados del toreo, optó por lo fácil y se empleó poco. Así fue que dejó de interesar a la afición más docta, aunque su gran clase siempre quedó intacta.
De vez en vez se sacudía la maldita apatía y su toreo deslumbraba de nuevo. En los últimos años se dejó ver con cuentagotas. En esta despedida demostró Manolo Sánchez aquello del que tuvo –calidad- retuvo. Bellísimos lances a la verónica, poderosos y artísticos doblones por bajo, empaque y temple en sentidos muletazos, detalles de pinturería, inspirados remates. En fin. El toreo eterno.
Se despidió Manolo Sánchez, un artista singular. Adiós torero.

Joe Frazier



Ha muerto Joe Frazier, uno de los más grandes campeones del mundo de los pesos pesados. Un boxeador legendario. Frazier fue el único campeón olímpico de los grandes pesos, que logró después el máximo entorchado internacional en categoría profesional.
Tres veces combatió con el gran Muhamad Alí, el mítico Clasius Clay.
En 1.971 en el Madison Square Garden de New York, Frazier derrotó a Clay. El primer boxeador de la historia en derribar de su pedestal al genio Alí.
En 1.974, de nuevo cruzaron guantes, el atlético y superdotado Clay, y el valeroso “Killer” Frazier, el hombre que jamás retrocedió, el pegador impasible. Esta vez ganó Alí en su feudo neoyorkino del Madison.
En 1.975 el combate fue en Manila. (Filipinas). El árbitro detuvo la masacre en el asalto 14 –entonces los mundiales eran a quince asaltos- Frazier tenía la cara reventada y apenas podía ver. Alí quería abandonar cuando le dieron vencedor por KOT. (K.O Técnico). Clay-Alí, cayó sin resuello, desmayado.
Fue el último combate de dos gigantes. Duelo a muerte. Duelo al sol de Manila. En 2006 el Toro Frazier, el gran pegador, el boxeador de hierro, declaraba desde su Filadelfia natal: “Sigo pensando que yo nunca perdí con Alí”. Alí contestó: “Dios bendiga a Frazier”.
A los 67 años un cáncer irreverente se ha llevado, un frío día de Noviembre de 2011, al gran campeón, al héroe negro a “Smoking Frazier”.
Pero Joe Frazier vivirá para siempre en la memoria. En algún lugar del cielo, fumará tranquilo, Joseph Williams Frazier, en espera de sus queridos enemigos Geroge Foreman y Muhamad Alí.
Hoy 8 de Noviembre el boxeo está de luto y el cielo llueve lágrimas negras. Dios bendiga a Frazier, dile cuando llegues: “Yo nunca perdí con Alí”. Nunca. Never.

2/11/11

Alberto Álvarez. El torero tapado.



Alberto Álvarez, el torero aragonés de las "Cinco Villas", ha sido el triunfador de la Feria de Zaragoza. El Torero Tapado, que apenas torea, se encontró, en la Feria del Pilar, con dos buenos toros de Bañuelos , y surgió el toreo eterno, el clásico.

Alberto Álvarez, el torero natural de Ejea de los Caballeros, capital de las Cinco Villas, es el heredero natural de Miguel Peropadre, "Cinco Villas": aquel torero que encandiló en Madrid en los años setenta. Era Miguel un torero valiente y seco. Un torero cabal. Su toreo estático y estético cautivó a la muy madrileña plaza de Carabanchel, la conocida como "Vista Alegre" y popularmente como "La Chata". Fue mucho torero Miguel Cinco Villas. Alberto Álvarez, torero tapado, torero de culto, no un clásico torero aragonés, torero macho. Domina con el capote las suertes fundamentales: la verónica y la media verónica. Y con la muleta es torero canónico, sin concesiones. El toreo fundamental, clásico, bien hecho, natural. Realizado con quietud y elegancia . Estético y estático. Bello, hermoso, hondo, profundo.

Desde sus comienzos - fue finalista del prestigioso Bolsín de Ciudad Rodrigo - marcó un estilo sobrio, sin concesiones, seco, puro. En Madrid triunfó como novillero. En su tierra ha escrito hermosas páginas, firmadas faenas de altos vuelos, en plazas como Ejea o Tarazona. Apuntó su arte en la Misericordia de Zaragoza.

El pasado 8 de octubre, por fin abrió la Puerta Grande del histórico coso de Pignatelli. Cuajó dos buenos ejemplares de Bañuelos, los burgaleses astados de Hontomín, los célebres "toros del frío".

Se destapó el torero tapado: Alberto Álvarez.

Feria de Otoño 2011. "Triste y penoso final de Feria".

Tauromaquia.Picasso

Acabó la Feria de Otoño. Resultado previsible. Carteles ramplones, sin imaginación. Salvo el mano a mano de Fandiño y Mora.
El primer “Adolfo” de pavorosas defensas cogió de malísima manera al banderillero José Mora. Un toro pregonao que sembró el pánico de salida. Rafael Rubio “Rafaelillo” no se amilanó, le plantó cara con hombría y solventó la papeleta con torería. Mató de hábil espadazo. Recogió una ovación de gala, protestada por lo irreductibles zorrocotrocos.
En el cuarto, de impresionante trapío, Rafaelillo sacó a relucir su casta torera, en verónicas enrabietadas. Brindó a las juventudes por la libertad.
A su modo, cuajó faena. Sin exquisitez. Vale.
El segundo, cinqueño pasado, tuvo cierto pasar en la muleta.
Antonio Barrera anduvo firme, templado a ratos, pero nunca llegó a acoplarse. Lo peor, de él, y por él: el público tomó partido por el toro.
El quinto, cariavacado, soso. Antonio Barrera, pesado, improductivo.
El tercero, tuvo más fachada que fondo. Serafín Marín, el torero de Montcada i Reixach, anduvo precavido. Vulgar. Tras horrendo pinchazo bajo acertó al segundo envite. Penoso todo.
En el sexto, Serafín Marín., tampoco tuvo muchas opciones. Dio la sensación de cerrar otra plaza.

Ficha: Plaza de Toros de Las Ventas. Madrid. Domingo 2 de Octubre. Corrida de Toros. Cuarta y última de la Feria de Otoño. Tiempo bueno y soleado; casi lleno, se lidiaron toros de Adolfo Martín, con presencia, de juego desigual.
Cartel:
Rafaelillo. Ovación. Ovación.
Antonio Barrera. Silencio. Silencio.
Serafín Marín. Silencio. Pitos.


Epílogo: Un triste y penoso final de feria. Poco toro, poco toreo. Salvó la feria la entrega heroica de Fandiño y David Mora con la imposible corrida de Gavira. El único toro de verdad se le fue a El Cid, triste torero y remató mal. Un torero triste sin remedio.


Feria de Otoño 2011. "Fueron a por todas y salieron en triunfo".

Tauromaquia.Picasso

 El torero como héroe. En este tercer festejo de la feria de Otoño anunciaron mano a mano a las dos grandes revelaciones de la temporada. Iván Fandiño y David Mora. Sus triunfos en Madrid les abrieron las puertas de la ferias donde han hecho un gran papel.. Ayer, de nuevo, en el ruedo candente de las Ventas del Espíritu Santo.
El público que llenó la plaza les recibió con una cerrada ovación al romper el paseíllo. En los corrales esperaba una encerrona de Gavira.
Fandiño y Mora vinieron a por todas, a jugarse la vida, desde el primer minuto al segundo final y salieron en triunfo. ¡Superaron con creces la encerrona! Y Madrid los despidió con otra atronadora, ovación. Mora y Fandiño ya cuentan. No perdonaron un quite, se arrimaron como fieras. Sufrieron volteretas espeluznantes. Nos pusieron los vellos de punta, la carne de gallina. La emoción de la Fiesta en su máxima expresión. La más pura. La más salvaje.
Y también hubo toreo. Mucho toreo. El primer Gavira, claudicante, fue devuelto a los corrales. El sobrero de Lozano, cinqueño, listo, vendió caras sus embestidas. Muy bien Fandiño en los lances de recibo, mejor en el quite por chicuelinas y en una media ajustada a la cadera. El torero vizcaíno, de Orduña, de origen gallego, hizo una faena templada y valiente. Un pundonor fuera de lo común para exprimir las, ásperas y escasas, embestidas del morlaco. Acabó de una gran estocada, de libro.

El tercero de Gavira, manso cinqueño y resabiado, solo permitió a Fandiño exhibir de nuevo su valor a prueba de bomba. La gallardía de torero macho que no vuelve la cara.
El quinto fue un cinqueño de 626 kilos en la balanza. Al menos se dejó en la muleta. Iván Fandiño lo entendió a la perfección. Administró alturas, tiempos y distancias. Faena de gran calidad por el temple, el sentimiento, el desgarro. También de gran mérito técnico. Se tiró a matar o morir. El torazo cayó muerto y el torero, inerte en la arena, tras la tremenda voltereta que le propinó el toro en su estertor. Se levanto Fandiño milagrosamente ileso. Una oreja y clamorosa vuelta al ruedo.
David Mora recibió al segundo –cinqueño- a portagayola. Para, ya de pie, recitar una serie de verónicas planas de temple, hondura, belleza. Con la muleta, a un toro rajado, lo toreó estupendamente al natural, que lógicamente fueron de uno en uno. En el cuarto, el torero de Móstoles, nada pudo hacer ante una mole fofa de carne.
Mora en el sexto volvió a lucir con el capote. Aires de gran capotero, de adelantar las bambas, bajar las manos y romperse la cintura. El toro en la muleta no tuvo un pase. Un pregonao. Mora, valentísimo, intentó sin logro robar algún pase del galafate. Una gran estocada y triunfal vuelta al ruedo.
Una tarde para el recuerdo. Una bella y emotiva tarde de toros, mejor dicho, de toreros. Con mayúsculas.

Ficha: Plaza de Toros de Las Ventas. Madrid. Sábado 1 de Octubre. Corrida de Toros. Lleno. Se lidiaron toros de Gavira, descastados, sacaron peligro. Primero sobrero de Lozano Hermanos, manso y difícil en la muleta.
Cartel:
            Iván Fandiño. Ovación. Silencio. Oreja.
           David Mora. Silencio. Silencio. Vuelta al ruedo.
           Actuaron mano a mano.